Los movimientos de fuego conectados con el cuerpo están relacionados a todos esos movimientos rápidos y cortantes, electrizantes, evocando la esencia del fuego cuando arde una hoguera o el golpe de un relámpago, así teniendo como contraste, movimientos explosivos.

En el trabajo corporal nos enfocamos en crear movimientos disociativos y con cambios de velocidad de rápidos a lentos o en constante movimiento, trabajando el cardio y la actividad aeróbica.

En el trabajo en pareja podemos conectarlo a potenciar los reflejos y movimientos ascendentes y descendientes incluso de forma entrelazada.

En el cuerpo lo interpretamos con movimientos que se estiran y se contrae, sin que la disociación sea la prioridad, se busca la sensación de “no gravedad”.

En pareja el contacto no es lo principal, respetando la sensación de espacio. También el trabajo de espejo un buen reflejo de este elemento. Se puede generar la sensación de torbellino o huracán entremezclando o rodeando los cuerpos.

Tierra es igual a estabilidad, fuerza, densidad, enfocándonos en movimientos que tengan mucha base y mucho contacto.

Con el cuerpo lo interpretamos con movimientos lentos y con la posibilidad de generar tensión. Brazos, agarres caracterizan este elemento y como contraste tiene el valor añadido del temblor, interpretando así los seísmos.

El agua es pura fluidez, movimientos suaves y lentos con posibles contrastes de movimientos explosivos, representando así el romper de las olas, es profundo y calmado, pudiendo así dejar de movernos aparentemente y seguir representando el movimiento.

En el cuerpo se trabaja la disociación, los movimientos ondulantes y la fusión en pareja sin fuerza.